Nuestro planeta se calienta. Por ello, los casquetes polares se derretirán y las costas se inundarán, ocasionando millones de refugiados que desbordarán los países. Además, se intensificarán las sequías, se generarán más incendios forestales y aumentarán eventos climáticos extremos como huracanes y Tsunamis, entre otros. Esto desatará gran destrucción, extinción de especies, pobreza, muerte y escasez de alimento.
Por si fuera poco, si la población continúa creciendo, en el 2050 habrá en el mundo diez billones de personas a los que dar de comer. Así, el calentamiento global, acompañado del aumento en la población, representa la bomba atómica más potente nunca antes detonada en la Tierra. Y esto no es alarmismo, porque la ciencia, a través del nuevo informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas, ha hecho un llamado urgente a la acción: tan solo medio grado de aumento en la temperatura del planeta tendrá consecuencias devastadoras.
Más aún, tres días después de este informe, la revista Nature publicó los hallazgos de un estudio desarrollado por un panel de expertos en nutrición. El estudio afirma que la producción y consumo de alimentos industriales intensifican el cambio climático y tiene otros impactos negativos, incluyendo el agotamiento de fuentes de agua dulce y la contaminación de los ríos por el uso excesivo de químicos en la agricultura. La investigación sugiere que si el mundo quiere limitar el impacto del cambio climático, la escasez de agua y la contaminación, los habitantes del planeta deberán cambiar su forma de alimentarse.
- ¿Qué podemos hacer? Adoptar la dieta flexitariana
Existen muchas acciones en lo colectivo e individual que se deben implementar para disminuir el impacto en el planeta. En el ámbito de la alimentación, el enfoque que proponen los expertos para preservar nuestro hábitat hace referencia a tres aspectos: 1) disminuir a la mitad los desperdicios de alimentos, lo que implica cambios en toda la cadena de producción y en el comportamiento de los consumidores; 2) alteraciones profundas en las prácticas agrícolas; y 3) adoptar una dieta con pequeñas cantidades de productos animales. En otras palabras, adoptar un patrón dietario que puede abarcar desde el flexitarianismo hasta el veganismo. De todos ellos, el más fácil de implementar es el flexitariano, que consiste en comer principalmente alimentos provenientes de plantas, y ocasionalmente productos animales como la carne y los lácteos.
- Una flor no hace primavera
A veces pensamos que solo los gobiernos son los llamados a tomar acción en esta crisis del cambio climático, y aunque su responsabilidad es intransferible, también es individual. Nuestras acciones, individuales y colectivas, deben estar dirigidas a disminuir los detonantes del cambio climático, cuyas consecuencias son devastadoras para el equilibrio de nuestro entorno. Es decir, todos somos responsables y parte de la solución está en nuestras manos.
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